lunes, 7 de julio de 2008

Envejecer con dignidad

Cuidarás tu presentación todos los días. Viste bien, arréglate como si fueras a una fiesta, qué mas fiesta que la vida.

No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario, saldrás a la calle y al campo de paseo, agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.

Amarás al ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una caminata razonable, dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.

Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose, no. Que la gente diga un piropo cuando pases.

No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital.

Deja de autollamarte viejo y considerarte enfermo. Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara, sé positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es una cuestión de años sino de estado de ánimo.

Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda con una sonrisa, con un consejo, un servicio.

Trabajarás con tu mano y con tu mente. El trabajo es una terapia infalible, cualquier actitud laboral, intelectual, artística. Medicina para todos los males, la bendición del trabajo.

Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego las que se anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia: ahí tienen la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida: luego ensancharás tu corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean viejos como tú. Huye del bazar de antigüedades.

No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que, entre las espinas, florecen las rosas. Positivo siempre, negativo, jamás. El anciano debiera ser como la luna, un cuerpo opaco, destinado a dar luz.

2 comentarios:

Abuela Ciber dijo...

Amén
Yo al menos la estoy pasando lo mejor posible!!!!
Criños

Chela dijo...

Bueno llego la primera a tu página, y eso porque aunque tenga edad procuro andar diligente, ja,ja,ja...

Estoy de acuerdo con lo que dices.
Hay recuerdos muy hermososo pero no podemos vivir de ellos. Es inútil lamentarse de la vejez o las enfermedades ¡nos escaparan!. Es estupendo rodearse de amigos jóvenes, de niños...Salir a la calle, cuidar el tipo y lucir modelitos...¡Dar buena imagen!Pero, sobre todo, cultivar la belleza interior y tratar de mostrarla al exterior siendo amable, sonriente...

Yo estoy pasando una etapa en que conseguir esto es una lucha diaria conmigo misma porque en estos mmentos tengo circunstancias poco favorables, pero si me dejo llevar por ellas seria peor.

El blog y el ciberespacio me ayudan también, creando los posts, y aprendiendo cuando visito y leo vuestros blogs.

Un fuerte abrazo, de una chica de oro a otra chica de oro.