Quisiera ser ese genial poeta
para captar la esencia de las cosas.
Con las aladas almas de las rosas
vagar mi mente en libertad completa.
A un olmo seco hacerle una cuarteta,
escribir de un ciprés las bellas glosas,
relatar mil historias portentosas
y verter la emoción de una saeta.
Volver con las oscuras golondrinas,
a cualquier hoja seca haber cantado,
evocar con nostalgia las encinas,
suspirar por un arpa arrinconado,
decir piropos a una triste higuera
y después de morir ser recordado.
P A Y A S O
Quisiera ser también un gran payaso
para reírme de las cosas serias
y tristeza sentir por las miserias
de esas gentes a quien nadie hace caso.
Con unos zapatones no dar paso,
que una silla me sirva de trapecio,
pequeño de estatura, flaco, recio,
serio, mudo o de bigote... escaso.
Una chaqueta a cuadros, remendada,
un sombrero de hongo, una chistera,
calva de goma y sonrisa pintada.
Esconder una lágrima sincera,
¡provocarles la enorme carcajada!
Llorar por dentro y reír por fuera.
P I N T O R
¿Y pintor? Ser pintor también quisiera
por retratar las cosas que uno siente;
esa impresión que flota en el ambiente,
una febril visión o una quimera.
Quiero ser un pintor de dentro afuera
aunque no me comprenda cierta gente;
al pintar con el alma no se miente,
se expresa siempre la intención sincera.
Tertulias de café, nobles entierros;
reyes, batallas, mujeres morenas,
cristos, bufones, palomas y perros.
Damas desnudas, sílfides, sirenas,
árboles, nubes, llanuras y cerros.
Crueles diablos y vírgenes buenas.
autor: Jesús Herrera Peña
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