La meditación formal esta diseñada para llevarnos más allá de las ilusiones creadas por nuestros pensamientos y sentidos para poder experimentar todo de manera verdadera. Para los hindúes la meditación nos lleva a realizar nuestra divinidad interna. Para los budistas, la meditación es sinónimo de autorrealización.
Muchas de las técnicas clásicas de meditación incluyen una técnica que incluya un objeto para que la mente se enfoque en él mientras se medita. Puede ser un mantra (la repetición de palabras sagradas o sonidos), un dibujo, o los movimientos propios de la respiración (inspirar y espirar). Otras formas se centran en un estar presente en el momento y en menos distracción (meditación budista). También se puede meditar repitiendo silenciosamente un nombre sagrado de Dios (Krishna, Lakshmi, Ganesha) como lo hacen muchos practicantes en la India. También se puede meditar contando series de respiraciones para mantener viva la atención y no dormirse. Esto es aconsejable para el practicante que debuta en el zazen. Los estudios sobre la meditación indican que esta reduce el estrés, puede bajar la presión sanguínea, reducir riesgos de ataques cardíacos pues mejora la salud arterial, y puede traer consuelo a muchas personas con sufrimientos crónicos. La meditación ha demostrado ser altamente efectiva para tratar condiciones psicológicas irregulares tales como la obsesión, la compulsión, la depresión y la ansiedad.
Cierto tipo de cambios químicos y de energía llevan al practicante a sentir ganas de vivir, alegría y compromiso con la vida. Y, por supuesto, se experimenta menos peso físico y mayor compenetración con la vida espiritual. Por ello muchos dicen sentirse livianos después de meditar.
Como tal, la meditación no tiene un significado espiritual intrínseco. Por lo que sabemos de su origen, no persigue ningún objetivo. Durante la meditación observamos nuestros pensamientos, pero no tratamos de generar más.
La meditación es una herramienta, no un proyecto. Según la mayoría de los instructores el mayor proyecto de nuestra vida es detener el sufrimiento humano. Dios vive en ti, dicen los hindúes, pero hasta que no experimentes esta verdad a través de la meditación, el dolor de la existencia continuará en tu vida.
En el Budismo, se pueden comprender las causas de tu sufrimiento al meditar y es posible ir más allá de este sufrimiento para poder experimentar – según palabras del monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh – “alegría, relajación y capacidad para maravillarse”.
I A través de la meditación conocemos la calma, el silencio, la dulzura y la ecuanimidad. Aprendemos a Integrar nuestro ser disperso y a vencer la ansiedad. Respirar atentamente dosifica el prajna (energía) que entra a nuestro cuerpo y que genera claridad mental y salud.
Mientras meditas, tu mente siente que toda experiencia terrenal es efímera .(impermanencia). y que debajo de la persona que piensa no hay un sustento físico real. El ego considera esto como un reto. Por ello, meditar y conocerse íntimamente es la meta que enseñó el Buda. Sólo así podrás vencer los antojos del Ego.
1 comentario:
Es plácido leerte me agrado muchisimo hacerlo, lo aportado e muy bueno.
Ojala los seres humanos se dieran el tiempo para aquietarse.
Cariños.
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