domingo, 2 de marzo de 2008

Reflexiones para la cuaresma

Escucha, ¡hijo Mío!

La Ley suprema de la vida es dar.

Cuando dices que te sientes solo y

necesitas más amor

y compañía en tu vida,

debes recordar que para tener más amor,

debes dar más amor.

Toda felicidad

verdadera y satisfaciente

es el resultado de lo que contribuyes

a la vida.

Si deseas amigos,

debes sembrarlas semillas de la amistad.

Si deseas amor y compañerismo,

debes ser más tratable y afable.

El amor, la amistad y

las experiencias nuevas,

excitantes e interesantes

no ocurren por casualidad.

Toda persona las produce a través de

su contribución a la vida.

La gran ley de la vida es dar.

Toda persona debe tomar la iniciativa

Siempre al trabajar con la ley.

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