Escucha, ¡hijo Mío!
La Ley suprema de la vida es dar.
Cuando dices que te sientes solo y
necesitas más amor
y compañía en tu vida,
debes recordar que para tener más amor,
debes dar más amor.
Toda felicidad
verdadera y satisfaciente
es el resultado de lo que contribuyes
a la vida.
Si deseas amigos,
debes sembrarlas semillas de la amistad.
Si deseas amor y compañerismo,
debes ser más tratable y afable.
El amor, la amistad y
las experiencias nuevas,
excitantes e interesantes
no ocurren por casualidad.
Toda persona las produce a través de
su contribución a la vida.
La gran ley de la vida es dar.
Toda persona debe tomar la iniciativa
Siempre al trabajar con la ley.
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